Todo se decidirá en San Mames

Mala segunda parte la que jugamos en Sevilla, nos encontramos el partido que soñábamos, un campo injugable, y un resultado inmejorable, así acabó la primera parte, pero en la segunda parte, el Athletic dio un paso atrás, y el Sevilla comenzó a atacar sin compasión, y para colmo cuando ya dábamos el empate por bueno, en el minuto 92 en otro barullo en el área nos clavan el 2-1.
Si lo miramos por el lado bueno, solo nos queda marcar un gol en San Mames, últimamente siempre marcamos, y como no, estará nuestra afición que tiene que ser el jugador número 12, el 13,14 y los que hagan falta, este año no se nos puede escapar la final.
Los goles fueron marcados por Fernando Llorente, en el minuto 42, el empate fue obra de Duscher en el 61, y Acosta nos apuntilló en el 92, maldita sea.



En los últimos diez minutos también se nos sancionó con un penalti sobre Kanute, un poco justillo, que erró lanzándolo al palo, y al recoger su propio rechace, acto que no es legal disparó pero hay teníamos a Gorka que por si acaso demostró sus buenos reflejos y paró el tiro.



El epitafio del partido mira a la leyenda de San Mamés, que volverá a abrir la puerta a una noche de fútbol grande. La vuelta está abierta, en el filo de un gol. La receta perfecta para la épica o el drama, para el éxito y el fracaso. San Mamés, sus viejos y sagrados valores, decidirá el finalista de esta Copa del Rey. Una buena noticia para el fútbol.